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Caleidoscopio
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El dólar: ¿ llega a su fin?
El dólar: ¿ llega a su fin?

El garrote juvenil llega a su fin

"Habla suavemente con un gran garrote en la mano, llegarás lejos" es un viejo proverbio africano que fue actualizado el 2 de setiembre de 1901 en un discurso por el entonces vicepresidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt.

Poco antes, España había sufrido un gran garrotazo en la guerra con los yanquis, que la culparon del hundimiento del buque Maine en el puerto de La Habana, un atentado de falsa bandera. España perdió Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, los últimos restos de su imperio ultramarino.

El "big stick", o gran garrote, se convirtió explícitamente desde entonces en la norma de la política exterior de los Estados Unidos.

La política del gran garrote se aplica desde hace más de dos siglos, a partir de Jorge Washington hasta ahora, cuando la declinante potencia del Norte desfía a los adversarios militares y económicos que le hacen sombra: Rusia y China, con la intención de detener o al menos mermar un crecimiento que amenaza su hegemonía.

América para nosotros
Tres meses después declarar la independencia el 4 de julio de 1776, los "padres fundadores" bautizaron a su país Estados Unidos "de América". Se apropiaron con plena consciencia del nombre de todo el continente, desde la Alaska, que entonces era de los zares de Rusia, hasta Tierra del Fuego, a pesar de que la superficie total de su país no superaba entonces el cinco por ciento del continente.

Según Alejandro Hamilton, uno de aquellos padres fundadores, "podemos esperar que dentro de poco tiempo nos convirtamos en los árbitros de Europa en América, pudiendo inclinar la balanza de las luchas europeas en esta parte del mundo, de acuerdo con lo que dicten nuestros intereses”.

Tres décadas después, el presidente James Monroe en un mensaje al congreso expuso su famosa doctrina: "para mantener la pureza y las amistosas relaciones existentes entre Estados Unidos y aquellas potencias (europeas) debemos declarar que estamos obligados a considerar todo intento de su parte para extender su sistema a cualquier nación de este hemisferio, como peligroso para nuestra paz y seguridad".

La doctrina Monroe, “América para los americanos”, juega con el doble sentido de las palabras: “América” significa todo el continente y “americanos”, los estadounidenses solamente. En síntesis: todo el continente es para los estadounidenses, el patio trasero (o delantero según Biden).

Cuando todavía no era presidente, John Quincy Adams advirtió a España que Puerto Rico y Cuba por su posición local son apéndices naturales del continente norteamericano, "y una de ellas, la isla de Cuba, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser, por una multitud de razones, de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión”. Cuba y Puerto Rico padecieron y padecen su cercanía al país imperial y ser objeto de sus intereses.

Adams se animó a profetizar con el garrote en la mano: "Cuba, al igual que una manzana madura cae de un árbol, inevitablemente al desmembrarse de España caería bajo el dominio de los Estados Unidos". Esta prognosis se llamó luego "doctrina de la gravitación” o política de la fruta madura".

El destino manifiesto se repliega
En 1845 un periodista publicó una nota en que hablaba del "destino manifiesto" de los Estados Unidos. La idea gustó para usarla como propaganda aunque era una variante profana y casi blasfema de doctrinas religiosas. Sostenía que los Estados Unidos habían sido elegidos por la providencia para extender su hegemonía sobre todo el continente y desarrollar “el gran experimento de libertad y autogobierno”.

Los Estados Unidos no han cesado nunca, más allá del aspecto de sus gobiernos, de tomar a toda América como su zona de expansión política, económica y financiera.

La política del gran garrote consistía en aplicar la fuerza a los países que se negaran a aceptar sus ofertas "generosas" y negaran sus materias primas a la industria yanqui. Por otra parte la política del "Buen Vecino" o "Diplomacia del Dólar" fue idea del Franklin Delano Roosevelt, como paliativo de la gran depresión de los años 30.

El congreso anfictiónico de Panamá tomó su nombre de la Liga anfictiónica de la antigua Grecia, que era una reunión de tribus con fines religiosos y políticos.

El Congreso buscaba la unificación de América Latina; pero fue boicoteado por Estados Unidos, que a principios del siglo XX consiguieron separar a Panamá de Colombia.

El presidente Benjamín Harrison (1889-1893) intentó imponerles a los gobiernos latinoamericanos una "unión aduanera" y un plan para el arbitraje obligatorio tutelado por los estadounidenses de todas las disputas territoriales que se presentaran entre los Estados del continente. Ambas pretensiones fracasaron, pero lograron crear la Unión Internacional de Estados Americanos (posteriormente denominada Unión Panamericana)

El dólar manda
En 1944 los acuerdos de Bretton Woods permitieron a los Estados Unidos convertir al dólar en la moneda internacional de cambio. Entonces su economía estaba intacta después de la guerra y disponía de casi el 70 por ciento de las reservas en oro del mundo; eran la principal potencia económica, política y militar.

En los acuerdos de Bretton Woods los Estados Unidos obtuvo el privilegio de convertir al dólar en moneda internacional de cambio, en momentos en que su economía estaba intacta después de la guerra y disponía de casi el 70 por ciento de las reservas en oro del mundo y era principal potencia económica, política y militar.
Pero como marca un poema de Belisario Roldán "no hay sueños eternos ni rosa que alcance a adornar por siempre la paz de un jardín". En 1971 Nixon vio los problemas que se cernían sobre el dólar y usó el poder de su país para "convencer" a Arabia Saudita de vender petróleo solo en dólares, no en oro. Acababa de suspender la convertibilidad del dólar en oro porque los billetes no tenían respaldo y la emisión había sido excesiva, en parte por la ruinosa guerra de Vietnam.

Nacieron los "petrodólares" o dólares respaldados en petróleo, y el dólar siguió siendo la moneda de cambio internacional obligatoria. Los países pretendieran saltearlo eran asaltados de la peor manera, como se vio por ejemplo en Iraq y Libia.

No te quiero más
Pero actualmente, China, Rusia y la misma Arabia Saudita han dado la espalda a los intereses hegemónicos de los Estados Unidos y en particular al dólar, que pretenden desbancar. Arabia Saudita, fundamental para los "petrodólares", anuncia venta de petróleo a China en yuanes; Rusia comercia con China en monedas locales y ha advertido que si por las sanciones no puede pagar su deuda en dólares la pagará en rublos a quien la quiera cobrar.

Mientras tanto, ha permitido piratear las patentes de invención, ha incautado 550 aviones comerciales valuados en 10.000 millones de dólares que tenía en leasing, y amenaza nacionalizar todas las propiedades de empresas radicadas en Rusia que se plegaron a las sanciones. Es posiblemente el fin del dólar como moneda de cambio internacional y sobre todo el fin de la hegemonía de los Estados Unidos.
De la Redacción de AIM.

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