La lluvia de meteoros conocida como Gemínidas tendrá su punto máximo el jueves. Este tipo de fenómenos “tiene que ver con los rastros de polvo y suciedad que dejan tras de sí los cometas o algunos asteroides”, dijo a AIM Mariano Peter, coordinador del Observatorio Astronómico de Oro Verde.

Mariano Peter explicó que a partir de septiembre se produjeron ya tres lluvias de meteoros, “las Oriónidas empezaron el 10 ese mes y se extendieron hasta el 26 de octubre, asociadas al cometa Halley; las Táuridas que iniciaron el 15 de septiembre y finalizaron el 26 de noviembre, asociadas al cometa Encke; las Leónidas que comenzaron el 14 de noviembre y se extendieron hasta el 21, asociadas al comete Tempel Tuttle”.

En esta oportunidad, se podrá disfrutar en los cielos de “las Gemínidas, que empezaron el 7 de diciembre y se van a extender hasta el 17. El apogeo de esta lluvia va a ser 14 de diciembre”, dijo a esta Agencia el coordinadora del Observatorio de Oro Verde, y detalló que, a diferencia de la mayoría, esta lluvia de estrellas “no está asociada a un cometa, sino al asteroide 3200 pahethon”.

El experto detalló que “la tasa de meteoros por hora puede variar entre 50 y 80, lo cual es un promedio, ya que hay años que las lluvias de meteoros son muy pobres y otros en que se convierten en vendavales o tormentas y tenemos un espectáculo impresionante”.

Al ser consultado por qué se producen estos fenómenos en los cielos, Peter consignó que: “Tiene que ver con los rastros de polvo y suciedad que dejan tras de sí los cometas o algunos asteroides, como en este caso, cuando atraviesan el sistema solar en su órbita” y lo comparó con “cuando un auto va por un camino de brosa a gran velocidad y deja una nueve de polvo; la misma se mantiene en el espacio porque no hay atmósfera, no hay viento, nada, se mantiene estática, y cuando la Tierra en determinadas épocas del año atraviesa esa zona estas partículas golpean a gran velocidad la atmósfera y se queman inmediatamente”.

Al fenómeno se lo denomina lluvia de meteoros “porque las partículas se queman inmediatamente, son muy efímeras, y se generan estas estrellas fugaces” y aclaró “que no tienen nada que ver con las estrellas porque son partículas no más, pero las vemos como si fueran un pequeño destello que desaparece inmediatamente”.

Cuando lo que ingresa a la atmósfera terrestre no es una partícula sino un pedazo de material o roca del tamaño de un puño “ese tipo de meteoro cuando se quema se llama bólido que puede generar sonido, producir estelas y demás”.

Para poder observar este fenómeno, el coordinador del Observatorio de Oro Verde recomendó: “irse a un lugar oscuro, alejado de las luces de la ciudad, sin obstrucción visual de árboles o edificios. No se necesitan instrumentos ópticos como telescopios o binoculares; sino la vista, acostarse en una colchoneta o reposera y dirigir la mirada a la madrugada hacia la zona cercana a la constelación radiante que en este caso es Géminis. Para ver los meteoros, hay que tener mucha paciencia, puede ser que pase una hora y no veamos nada, y en cinco minutos podamos ver tres o cuatro meteoros. Por supuesto, no tiene que estar nublado ni haber Luna”, concluyó.