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Caleidoscopio
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En Newton está en la base de la ciencia moderna.
En Newton está en la base de la ciencia moderna.

Sir Isaac Newton: Física y algo más

Mientras el 18 de julio de 1936 un golpe de Estado fallido marcó el inicio de la guerra civil española, en Inglaterra hubo ese mismo día otro hecho, pacífico pero también muy significativo: una subasta en que el economista John Maynard Keynes compró una colección de escritos desconocidos de Sir Isaac Newton. Los escritos y algunos objetos de Newton, que murió en marzo de 1727, unos 210 años antes de la subasta, estaban en poder de descendientes de una sobrina de Newton.

Con Galileo, en Newton está en la base de la ciencia moderna; más, es ejemplo de científico, convencionalmente de mente penetrante, despejada y abierta a la experiencia, libre de prejuicios y de residuos de creencias del pasado sin justificación racional.

Pero aquellos escritos rescatados por Keynes de un remate dibujan una imagen bastante diferente del genio: tratan entre otras cosas de alquimia, teología y cronología de los reinos antiguos, relacionados con el arrianismo de Newton. En el siglo IV, el sacerdote alejandrino Arrio había negado la divinidad de Jesús y la Trinidad. Newton seguía sus ideas en el siglo XVIII, pero fue paradójicamente profesor del Trinity College de Cambridge.


El último mago
Keynes reveló lo que algunos ya sabían: Newton se preocupó mucho por el Universo como obra del dios de Arrio. "No fue el primero de la Edad de la Razón. Fue el último de los magos, el último de los babilonios y de los sumerios; la última de las grandes mentes que contempló al mundo visible e intelectual con los mismos ojos de aquellos que comenzaron a construir nuestra heredad intelectual, hace casi 10 mil años. ¿Por qué lo llamo mago? Porque contemplaba el Universo y todo lo que hay en él como un enigma, como un secreto que podía leerse aplicando el pensamiento puro a cierta evidencia, a ciertos indicios místicos que Dios había diseminado por el mundo para permitir una especie de búsqueda del tesoro filosófico a la hermandad esotérica. Creía que una parte de dichos indicios debía encontrarse en la evidencia de los cielos y en la constitución de los elementos (y esto es lo que erróneamente sugiere que fuera un filósofo experimental natural); y la otra, en ciertos escritos y tradiciones transmitidas por los miembros de una hermandad, en una cadena ininterrumpida desde la original revelación críptica, en Babilonia”.

Esto se aparta ya mucho de aquella idea moderna de científico, sobre todo de las que vulgarmente se entiende deben ser las convicciones de un físico teórico.

El genio de Newton, que murió virgen e intocado a los 84 años, no se limitó a las leyes fundamentales de la mecánica, sino que se extendió a la óptica, a la ley de la gravitación, a la invención del cálculo infinitesimal, y también a la cábala y a la numerología.


El frío político
Fue ajeno a la política, a pesar de una incursión breve como miembro del Parlamento. Narra un biógrafo que su única actuación en la cámara de los lores fue llamar a un ordenanza para pedirle que cierre una ventana porque entraba frío. Hoy entenderíamos bien que alguien como él, que tenía muchísmo que decir, renunciara a hablar a favor de parlanchines que no dicen nada...
En una carta al biólogo y astrónomo Roberto Hooke, Newton recuerda la frase "Si he visto lejos ha sido sobre los hombros de gigantes", proveniente de la mitología griega. Lo que no vio o no dijo es que en el futuro muchos verían lejos montados sobre sus hombros, pero con mirada selectiva porque no verían mucho de lo que a él le interesaba ver.


Sobre hombros de gigantes
La fama póstuma de Newton se funda sobre todo en los "Principios matemáticos de filosofía natural", donde expone en lenguaje matemático las leyes del movimiento de los cuerpos y la ley de la gravitación universal. Con esa obra nació la física determinista, considerada la ciencia modelo hasta el advenimiento de la relatividad y la mecánica cuántica a principios del siglo pasado.

Pero hay un aspecto del genio de Newton que ha quedado relegado aunque fue el que más lo ocupó y el que impulsó todas sus investigaciones: el de alquimista. En este punto siguió el camino de la alquimia misma, relegada a pseudociencia por la ideología modernista tras el nacimiento de la química a partir de experiencias de los llamados "sopladores".

Newton escribió muchas más páginas dedicadas a descubrir presuntos secretos ocultos en el texto de la Biblia que a la física y la astronomía.

Robert Boyle, uno de los fundadores de la química, era un alquimista que no desdeñaba la experimentación como medio para conocer la naturaleza, como había propuesto Francis Bacon.

Newton escribió a lo largo de unos 30 años alrededor de un millón de palabras sobre alquimia y análisis de la Biblia

Una inspiración para esta actividad fue el médico estadounidense Jorge Starkey, conocido en el "arte" como Philaethes. Entre los documentos redescubiertos por Keynes hay una página de Starkey copiada por Newton que enseña cómo preparar el "fósforo sófico"

Roberto Boyle, contemporáneo de Newton, publicó en "El químico escéptico" su teoría corpuscular, que desechaba los elementos de Aristóteles y retomaba ideas de Demócrito, reelaboradas a partir del médico Daniel Sennert.


Componer y descomponer
El corpuscularismo, una de las bases de la química, era una doctrina alquímica antigua. En el caso de Newton, la idea de que un elemento se podía descomponer en corpúsculos para reorganizarse de otra manera, fue esencial en su tratamiento corpuscular de la luz y en el descubrimiento de que atravesando un prisma podía descomponerse en varios colores. En este punto, Newton siguió también a Descartes, que describió la refracción y reflexión de la luz, experimentó con el prisma y estudió la anatomía del ojo.

Al dar cuenta de la descomposición de la luz blanca en los colores del arco iris, Newton la atribuyó a que cada color tiene un índice de refracción diferente, lo que produce las distintas trayectorias a través del prisma. Siguiendo la idea corpuscular heredada de la alquimia, describió como reconstituir la luz blanca a partir de los colores en que se descompone.

El oro del vulgo
La alquimia fue una ciencia tradicional, que desapareció a comienzos de la modernidad debido al cambio rápido y generalizado de mentalidad que dio a la nueva civilización la forma que conserva todavía. Fue una ciencia de la naturaleza, pero al mismo tiempo un método de cambiar al propio experimentador. Ese es el sentido de "nuestro oro no el oro del vulgo" en que insisten los textos alquímicos renacentistas: la verdadera sustancia que hay que convertir en oro es el propio experimentador.
El divulgador científico estadounidense Martín Gardner narra admirado los descubrimientos de Newton y se rinde ante su capacidad para escudriñar y cuantificar los secretos de la naturaleza. Pero lo ve solo desde la ciencia moderna y considera una pérdida de tiempo y recursos su aspecto "oscuro". “Da pena imaginar los descubrimientos que Newton podría haber hecho en matemáticas y física si su gran intelecto no se hubiera distraído con tan extravagantes especulaciones.” .

Las extravagantes especulaciones a que se refiere Gardner podrían tener un vínculo interno y necesario con sus descubrimientos, en muchos casos los orientaron o les ofrecieron alguna clave. Gardner extiende su criterio a todas las edades, por ejemplo a los pitagóricos, de los que dice que combinaban las matemáticas con un "misticismo cerrado".

Justamente acá la cuestión es más clara, porque el "misticismo cerrado" eran las matemáticas cualitativas, los números consideradores como símbolos de cualidades a diferencia de los signos totalmente descualificados que por aridez son la penuria de los alumnos actuales.

Tan pronto como se abre a los niños la idea de los números cualitativos, aquella idea pitagórica que remonta a Fo Hi en la China, renace el interés por la aritmética en ellos.

Algo similar pudo sentir Newton a pesar de sus penosas vicisitudes personales, de su niñez triste y perturbada, de las crisis depresivas, de la soledad a que se condenó. Una visión superior a toda adversidad lo sostuvo y lo condujo a la cima. Hoy cuentan su historia hasta donde pueden quienes se sienten autorizados para perdonar sus extravagancias gracias a la luz que reciben de las alturas.
De la Redacción de AIM.

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