En 1925, se reunió en Buenos Aires, el Primer Congreso Panamericano de Carreteras, al que acudieron la mayor parte de los países americanos, a excepción de Haití, Honduras y Panamá, y que tuvo por objeto articular políticas viales y aduaneras, tareas de mantenimiento de rutas, establecer una comisión permanente encargada de redactar reglas uniformes sobre circulación de tráfico, etc. Los congresistas que asistieron consensuaron declarar un Día del Camino, para el que instituyeron el 5 de octubre de cada año, constató AIM.
En el año 1925 se celebra el Primer Congreso Panamericano de Carreteras, con el objetivo de propiciar la construcción de caminos pavimentados entre las principales localidades y así, fortalecer los vínculos productivos, económicos y sociales entre los países americanos. En el transcurso de ese año se inició el hormigonado de distintos caminos.
Junto con la creación de vialidad también se creó el impuesto a la nafta y lubricantes, fondos que asegurarían el funcionamiento de la ley. También se dispuso de un fondo para la construcción de caminos provinciales, con lo cual luego de la sanción de la ley comenzaron a gestarse las principales carreteras de la red vial nacional.
Tiempo después, el 5 de octubre de 1932 se promulgó la ley 11.658 que creó la dirección Nacional de Vialidad y las direcciones Provinciales de Vialidad, con la finalidad de llevar a cabo el estudio, proyecto, construcción, administración y conservación de la red vial nacional. Esta nueva dirección vino a reemplazar al área “Puentes y Caminos”, que se encontraba dentro del ministerio de Obras Públicas desde 1904.
Actualmente, esta fecha suele destinarse a la realización de jornadas de educación vial en las que se propone e invita a las distintas instituciones, ya sean educativas o no, a realizar actividades que tengan como objetivo concientizar a las poblaciones sobre el uso eficiente de las rutas y respeto a las leyes de tránsito.
Asignar este día al Camino, es promover la reflexión acerca de los siniestros viales que se producen en las vías públicas y favorecer el aprendizaje de las normas y conductas tendientes al logro de una mayor seguridad vial.
Se impulsa valorar la comunicación entre las ciudades y pueblos a sabiendas que la circulación debe hacerse de manera prudente y respetando las normas de tránsito, incluidos los cinturones de seguridad, luces bajas reglamentarias y el uso del casco.