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Las olas de calor hacen hervir el Mediterráneo

Las olas de calor registradas en las últimas semanas han calentado el mar mediterráneo hasta cinco centígrados más de la media estipulada para el verano. Un sueño para los turistas el poder bañarse en aguas que bordean los 30 centígrados, pero una hecatombe para las especies marinas que no pueden desplazarse hacia temperaturas más bajas.

Incendios, olas de calor, canículas más largas e intensas. Cada año se registran nuevos récords de temperaturas durante el verano. En España, por ejemplo, julio de 2022 ha sido el mes más caliente durante las últimas seis décadas, es decir, desde que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de este país registra las variaciones meteorológicas.

Para los humanos, sin embargo, las olas de calor que suceden en los mares no son evidentes, donde la vida marina está sufriendo, e incluso muriendo.

El caso del mar Mediterráneo es particular, es un mar cerrado que ocupa menos del uno por ciento de los océanos del planeta, alberga 7,5 por ciento de la fauna marina mundial y sólo tiene contacto con el Atlántico a través del estrecho de Gibraltar, por lo tanto, “es más proclive a calentarse”, de acuerdo con Joaquim Garrabou, investigador en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.

“Lo que hay debajo de las olas no se conoce, o se conoce poco, pero están pasando fenómenos muy graves, estamos asistiendo a procesos que yo pensaba que no veríamos, procesos de extinciones locales de especies”.

Coordinador de un artículo científico publicado en la revista Global Change Biology en julio de 2022, el investigador destacó que, debido a sus características físicas, el Mediterráneo es uno de los puntos más vulnerables ante los efectos del cambio climático, y cuyas condiciones climáticas han rebasado los límites estipulados en el Acuerdo de París de 2015. “Estamos viviendo ya en las condiciones que queríamos evitar”, afirmó.

Mientras en internet se pueden encontrar sitios informando a los turistas, en tiempo real, la temperatura de las playas mediterráneas con categorías como “temperatura fresca”, “temperatura ideal”, o “temperatura de ensueño”, muchas especies se han visto obligadas a migrar hacia el norte, buscando temperaturas más frescas, pero sufren porque no puede ir muy lejos debido a que el mar Mediterráneo se encuentra rodeado por tierras continentales. Y las especies más afectadas son aquellas que no pueden desplazarse, como la flora marina, la cual muere o llega a sufrir daños en un 80 por ciento.

“Una imagen de lo que está sucediendo actualmente en el Mediterráneo es un incendio. Bajo el agua hay una especie de incendio marino”, explicó Garrabou a RFI. “Los corales, las esponjas, los moluscos, las algas calcáreas, o las posidonias oceánicas, son algunas de las especies que se han visto afectadas por el calentamiento de las aguas”, dijo.

Además, este cambio de temperaturas pone en peligro a las especies originarias del Mediterráneo. Acostumbradas a unas temperaturas tropicales, unas mil especies exóticas han atravesado el canal de Suez atraídas por el calentamiento de las aguas del Mediterráneo, en las cuales encuentran condiciones óptimas para vivir. Es el caso de las medusas, del pez león o del pez conejo. Este último, de acuerdo con Garrabou, es “una especie herbívora que come las algas de una manera muy voraz y que está cambiando los paisajes, acabando con hábitats y convirtiéndolos en desiertos”.

“Un 10 por ciento de estas especies exóticas tienen un comportamiento invasor, es decir, están colonizando muchas áreas del Este del Mediterráneo. Pero también van hacia el Oeste”, puntualizó.

Esta investigación, realizada en colaboración con 30 equipos de diferentes países, demuestra que los efectos del cambio climático no son proyecciones ni escenarios de un futuro lejano, sino consecuencias que están convirtiendo el Mare nostrum en un cementerio de biodiversidad. Ante tal catástrofe, debemos reflexionar sobre “qué derecho tenemos para hacer desaparecer especies, o empujar a desaparecerlas. Y desde un punto de vista antropocéntrico, debemos tener en cuenta que los ecosistemas marinos saludables aseguran servicios de los cuales vivimos, como la pesca, la protección de las costas, el turismo. Si no están en buena salud, nuestra economía se va a reducir mucho”, advirtió.

Fuente: Agencia RFI

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