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Política
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No ceder frente a la “máxima ganancia”

El Colectivo de Trabajadores Por la Ventana difundió un documento por el que celebró el pase al archivo del proyecto de Ley por el que se buscaba flexibilizar la utilización de agroquímicos en Entre Ríos.  La iniciativa “no servía para nada, porque el veneno que se vierte no puede generar vida”, dijeron a AIM.

Después de varios meses de juntadas, rondas, pancartas, discusiones y lucha callejera -por donde pareciera ser que finalmente está el territorio de las luchas posibles por parte de organizaciones ambientales, sociales y políticas-  se realizó la sesión de Diputados para tratar el proyecto que venía con media sanción del Senado, promovida por los senadores del Frente para la Victoria Ángel Giano y Marío Torres, por el que se flexibilizaba la utilización de agroquímicos.

Cayó el proyecto para flexibilizar el uso de agroquímicos.
Cayó el proyecto para flexibilizar el uso de agroquímicos.

Había muchos nervios y mucha expectativa, “pero en el fondo se palpitaba que el proyecto conocido por Giano-Torres, que bajo el mote eufemístico de ‘fitosanitarios’, escondía la descarnada y venenosa realidad de un proyecto, que lejos de ir hacia lo que la población pide con respecto a los agrotóxicos, profundizaba los efectos del llamado ‘genocidio silencioso’”, dice el documento.

En ese marco, los integrantes del Colectivo de Trabajadores Por la Ventana celebraron la decisión de la Cámara: “Nos abrazamos y compartimos un momento de esos que pocas veces se dan pero que tanto alimentan ‘para poder seguirla’. Es uno de esos momentos parciales y momentáneos de fugaz e incompleto triunfo. El de haberles ganado el empujón, el de no retroceder más de lo que ya hemos hecho como sociedad frente a cuestiones tan esenciales como el derecho a vivir y a no ceder frente al derecho a la ‘máxima ganancia’ por parte de ‘unos mínimos’”.

“El proyecto finalmente fue rechazado, en medio de cruces de chicanas y falsas dicotomías (campo-ciudad, progreso-retroceso, riqueza-pobreza y todas las que la imaginación política sirviera, para alimentar la mercenaria retórica del poder) por parte de sectores que se cornean pero no se lastiman…porque el lastimado siempre es el pueblo. Pero esta vez, esta ‘mediavez’, y por unos instantes, se rozaron con sus astas y saltaron las chispas de la sangre que tan afanosamente unos y otros partidos políticos hicieron correr favoreciendo a las multinacionales y los sectores concentrados del agronegocio”, apuntaron”, dijeron.

Allí quedaron los gritos y las banderas de “basta es basta”, de las asambleas, del MST, del Colectivo, de Agmer, y de tantas otras organizaciones que coincidieron en sus intereses y empujaron a que esa desesperante necesidad de vivir frente a la lluvia tóxica se adueñaran de las manos en alto de nuestros representantes en la burocracia de la democracia. Presenciamos un variopinto consenso que sacó sonrisas a los que, desde fuera de esos partidos de la patronal, sentimos que en el barro de la chicana se echaban sal en las heridas del costo político.

En ese marco, remarcaron que el ex proyecto “no servía de base para nada, porque el veneno que vierte no puede generar vida, el proyecto que venga debe ser para  la agroecología, pues es la única y posible vía para que la comida deje envenenarnos en lugar de alimentarnos, para que alcance para todos, para que sea distribuida, para que la tradición y la cultura que liga a hombres y mujeres con la tierra sea restablecida, y que  la gente se dignifique en un modo de producción humano, sano y de todos. Afortunadamente hoy nuestros organismos estatales y nuestros representantes están sintiendo en carne propia estas necesidades (algunas veces y otras tironeados por el reclamo callejero y popular), que esta es la inevitable vía para la producción sustentable”.

“Desde esta pequeña ventana del Colectivo saludamos a los cumpas de todas las organizaciones y depositamos esas marchitas y amarronadas hojas del mamotreto llamado ley Giano-Torres, para que finalmente se sequen por obra del veneno de su tinta. Esperando que renazca de manera urgente la savia de una ley más frondosa, que haga renacer la vida en el campesinado…así como el agua del mate convoca el espíritu de nuestros muertos, así, volverán con los yuyos nuestros miles de muertos a causa de este agronegocio, mercenario y voraz”, destacaron.

Agroquímicos por la ventana

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