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Parejas LAT: ¿Vivir separados como solución?

Las parejas LAT (Living-Apart-Together) son aquellas que tienen una relación, pero no viven juntos. ¿Se puede mantener una relación así? ¿Por qué esa decisión? ¡A continuación te damos algunos datos!

Aunque el término fue utilizado por un periodista holandés por primera vez en 1978, fue en el año 2000 cuando los académicos y periodistas estadounidenses se apropiaron del término parejas LAT (Living-Apart-Together) para denominar a aquellas personas que tienen una relación íntima y viven por separado, aunque esporádicamente convivan (fines de semana, vacaciones, puentes, etc.).

Actualmente, consideramos que los modelos de relaciones interpersonales y de familia se están transformando. Sin embargo, es probable que este tipo de parejas haya sido un tanto invisible a lo largo de la historia. Por contra, hoy en día están saliendo a la luz modelos de relaciones que no responden a la norma tradicional.

Esta serie de cambios, y en concreto las parejas LAT, es uno de los temas que está en el foco de la sociología de la familia. Algunos autores consideran que estas parejas son modelos tradicionales en los que por distintas razones (difícil acceso a la vivienda, el mercado laboral o grado de compromiso, etc.) no se han dado las circunstancias para vivir juntos.

Otros, en cambio, piensan que sí se trata de un nuevo modelo de pareja basado en la libertad emocional, individual e íntima. Para estos, ser una pareja LAT es una decisión personal. En estas parejas, el compromiso con el otro se mantiene a pesar de no compartir vivienda, mientras que en parejas tradicionales la convivencia vendría con el tiempo, de la mano del compromiso.

¿En qué contexto surgen?

Los investigadores están interesados en encontrar características individuales, demográficas o culturales que permitan conocer mejor este tipo de relación de pareja.

No obstante, es necesario contextualizarla en una sociedad que está pasando por cambios que afectan a los modelos de relación: dificultades en fecundidad, dificultades en cuanto a la estabilidad del mercado laboral, así como por un crecimiento del nivel educativo y de la atención sobre la igualdad de género.

También actualmente están surgiendo otros nuevos modelos debido a cambios ideológicos: las relaciones abiertas, el poliamor, híbridos, swingers, etc.

Vivimos en una época en la que incluso las nuevas tecnologías están redefiniendo cómo nos relacionamos, cómo comienza una relación, la importancia de la distancia. En este sentido, es evidente que el concepto de amor y pareja tiene hoy más que nunca un carácter subjetivo.

¿Por qué elegir ser LAT?

Este tipo de pareja se ha observado en todos los rangos de edad. Sin embargo, parece que las razones para mantener una relación LAT difieren según el grupo de edad.

Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el perfil suele ser el de estudiantes y que viven aún con sus padres. Así, los motivos de los jóvenes para mantener este tipo de relación suelen estar fuera de su control (dependencia de los padres, responsabilidades de cuidado, realización de estudios, etc.). De hecho, suelen indicar que vivirían con su pareja si las condiciones lo permitieran. Así, en este grupo de edad, la razón principal sería el encontrarse en una etapa transitoria hacia un mayor compromiso y posterior convivencia.

Para los adultos a partir de 30 años, las parejas LAT son una forma de compartir intimidad, a la vez que gozar de la propia autonomía. Por ello, la intención de llevar la relación a un punto más tradicional (boda o cohabitación) disminuye con los años. Además, la duración de las relaciones es significativamente más mayor que las de los jóvenes.

¿Puede durar una relación así?

Existen pocos estudios que hayan observado estas relaciones a lo largo del tiempo. Sin embargo, se suelen estudiar las intenciones de los miembros con respecto al futuro.

Algunas investigaciones indican que entre el 20-30 por ciento de las parejas LAT se mantienen o tienen intención de seguir así en el futuro. Al parecer, esta intención va ligada a la edad, siendo los jóvenes entre 25 y 29 años los que más probabilidad tienen de acabar viviendo juntos y casarse. En cambio, los mayores de 60 años son los que más desean mantener la relación por separado.

También parece tener algo que ver la duración de la relación. La intención de casarse aumenta en torno al año o tres años de relación, mientras que en relaciones de más de 3 años la intención de seguir en la misma situación es la que predomina.

En general, con independencia de la edad, la presión social tiene un papel importante en las intenciones sobre continuar siendo LAT o no. Que sus familiares y amigos opinen que debieran vivir juntos y hagan preguntas o comentarios al respecto, hace que los miembros de la pareja se planteen cómo hacerlo en años venideros.

¿Es la solución?

En resumen, las parejas LAT deciden mantener este tipo de relación por dos principales razones: falta de recursos o elección voluntaria por autonomía. También pudiera ser que fuera una elección para intentar solventar algunos problemas o dificultades que pueden surgir en la convivencia. Por ejemplo, reparto de tareas o hijos de parejas anteriores.

Es común que la principal ventaja que se encuentre sea la conservación de la propia autonomía e intimidad, así como prevenir posibles pérdidas (económicas, otras relaciones, materiales, etc.). Esto, claramente, estará determinado por la actitud o ideas que se mantengan hacia las relaciones de pareja o matrimonio.

Por otro lado, también puede suponer una serie de desventajas, especialmente a aquellos que tienen una actitud ambivalente hacia las relaciones LAT. En ese caso, la flexibilidad de estas relaciones puede generar insatisfacción o sentimientos de inseguridad porque el otro haya declinado al convivir con uno. O bien, de forma general, la convivencia aporta más oportunidades para la intimidad y el apoyo instrumental y emocional.

En definitiva, que sea la solución para satisfacer las propias necesidades o no dependen únicamente de los valores y preferencias personales, y las razones que le hayan llevado a tomar esa decisión.

Por la Lic. en Psicología María Vélez para La Mente es Maravillosa. -

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