El Consejo Empresario de Entre Ríos (Ceer) develó un informe sobre el proyecto de Presupuesto provincial con fuertes críticas a la gestión de Gustavo Bordet, registró AIM. Denunciaron que –anualmente- no se cumple la ejecución de obra pública anunciada en el texto remitido por el Ejecutivo al parlamento provincial; remarcaron el déficit generado por el sistema previsional; consideraron que el Estado es insustentable; y criticaron la fuerte presión fiscal, registró AIM.

El presidente de la institución, Héctor Fratoni, aseguró que el proyecto que se discute en la Legislatura entrerriana “es una farsa” e indicó que desde el Ceer se trabaja arduamente en traslucir las proyecciones del gobierno: “No somos nosotros formadores de esos números y molesta bastante cuando se transparentan”.

En ese marco, dijo que cuando se observa “que los recursos totales son de 250 mil millones de pesos y el gasto primario lo iguala surge la pregunta: ¿Qué se puede esperar?”. Al respecto, ilustró: “Las inversiones son igual que el déficit de la Caja (de Jubilaciones y Pensiones), es decir, pasaron 15 años y hay un déficit -del sistema previsional- de casi 20 mil millones: ¿Cuánto tiempo será sustentable?”.

El presidente del Ceer, aclaró que no quieren “nada para el empresariado”, sino que apuestan a “una provincia más sustentable y lo mejor para todos los entrerrianos”, por lo que la están “peleando” pero no se consiguen las inversiones por la fuerte presión fiscal y la falta de transparencia institucional que genera el no cumplimiento de la Ley de Leyes.

El mensaje al gobierno provincial fue claro, los empresarios quieren señales institucionales que den confianza como la ejecución real del presupuesto en obra pública y la reducción del déficit fiscal: “No está todo bien; hay tantas cosas por hacer. Necesitamos un cambio que sea de fondo”.

El gasto no se corresponde con la capacidad de recursos que tiene la provincia
En detalle, el director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (Iies) del Ceer, Alfredo Calabrese, argumentó que “hay un Estado que no se condice con la capacidad de generar riquezas que tiene la provincia, es decir, la magnitud del gasto no se corresponde con la capacidad de recursos que tiene la provincia y eso quita competitividad” y hace que Entre Ríos tenga una tendencia decadente, ya que se profundiza lo acumulado desde 2018.

Calabrese contrastó el gasto previsional con la inversión en obra pública: “En inversión real directa hay 18.980 millones y de déficit previsional hay -19.620 millones. En ese marco, la deuda que se plantea para el 2021 es de 92.362 millones”.

En ese marco, advirtió que la deuda pública no es acuciante, pero puede serlo en el mediano plazo si no se revierten el déficits financiero -que es una constante-: “La sucesión de déficits financieros hacen que crezca la deuda a niveles insostenibles (porque los intereses se capitalizan sobre la deuda y se toma deuda para pagar intereses). Es decir, hay que tratar de ir a un escenario de resultados financieros equilibrados para que no aumente la deuda y, por lo menos, podamos pagar intereses”.

La economía entrerriana cayó menos que la nacional en el segundo trimestre de 2020
Por su parte Santiago Henderson, explicó que el Índice Sintético de la Actividad Económica de Entre Ríos (Isaer) demuestra que la provincia tiene una tendencia negativa desde el 2019 con una caída del 6,5 por ciento. Precisamente, la crisis provocada por el Covid-19 tuvo un impacto menor en la economía entrerriana que a nivel nacional. Mientras que el PBI cayó un 19,1 por ciento interanual en el segundo trimestre de 2020, el más crítico de la pandemia, la actividad económica en Entre Ríos se contrajo un 13,9 por ciento, según el Isaer. Aunque la caída es sensiblemente menor a la registrada a nivel nacional, se profundiza la tendencia negativa que se acumula desde principios del 2018 en Entre Ríos.

El menor impacto de la pandemia se explica por la estructura económica de la provincia. Así se desprende del análisis de las series que componen el Isaer. Por un lado, presentaron estabilidad o una leve variación positivas las actividades relacionadas con la agroindustria, como la molienda de granos, que aumentó un 8,3 por ciento, y la faena de aves, que creció un 4,6 por ciento. También tuvo un pequeño aumento el consumo de energía eléctrica, del 2,7 por ciento. Las actividades relacionadas con la inversión y consumo son las que más se contrajeron. Entre ellas, el patentamiento de vehículos cero kilómetros, que se desplomó un 27,5 por ciento; el consumo de combustibles, que cayó un 22,4 por ciento; el consumo de gas, que bajó un 16,9 por ciento; y la recaudación de Ingresos Brutos, que disminuyó un 15,5 por ciento. El empleo formal privado registró una caída moderada del 2,7 por ciento, pero preocupante por su tendencia decreciente.

A nivel nacional, el sector que sufrió el mayor efecto en el segundo trimestre fue Hoteles y Restaurantes, con una caída del 76,4 por ciento interanual. Le siguió el sector Otras actividades de servicios comunitarias, sociales y personales con un 67,7 por ciento.