Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

El clima hoy en:

-

- -

El dólar hoy: (BCRA)

$848,5 / $888,5

Salud y Bienestar
Salud y Bienestar

La importancia de la resiliencia en la nutrición

La nutrición emotiva analiza la relación de la alimentación con los sentimientos. Su objetivo es alimentar al cerebro y al sistema nervioso con alimentos inteligentes y lograr equilibrio emocional. Una nutrición adecuada y ritmos positivos de alimentación mantienen el equilibrio químico corporal y el equilibrio emocional. La comida determina en gran parte el estado de ánimo. Por las Lic. en Nutrición Valentina Franchi, Delfina Pintos, Lorena Zilloni y Luz Ledesma.

La comida nutritiva estimula al hígado, páncreas, las glándulas suprarrenales, tiroides, hipotálamo, pituitaria, sistema límbico y el sistema inmunológico para que trabajen adecuadamente. De este modo las reservas emocionales permiten afrontar todo tipo de situaciones y asumir con responsabilidad la vida emocional; así como mitigar los altibajos cotidianos. Los ritmos de alimentación positivos favorecen la regeneración, haciendo que, con el tiempo, el cuerpo esté más sano, lo cual permite una adaptación rápida a los contratiempos no previstos (por ejemplo, virus).

La capacidad para mantener el equilibrio nutricional permite prevenir los cambios de humor: una alimentación rica en carbohidratos refinados y azúcares (pasteles, bebidas industriales, dulces, galletas, etc.) debilitan los mecanismos corporales de control de glucosa y causa estrés en el eje hepático-pancreático-suprarrenal, dando como resultado una hipoglucemia funcional (ansiedad, depresión, fatiga, irritabilidad, vértigo, cambios de humor, nerviosismo, sudor, visión borrosa, ansias de dulces). Se ha comprobado que las personas que la sufren normalmente tienen un trabajo estresante o un medio ambiente agobiante, por lo que los hábitos de vida sanos son muy importantes. Las emociones, la depresión y la angustia también afectan al metabolismo de las glándulas endócrinas, suprarrenales y tiroides.

Para contrarrestar esta situación es necesario:
· Disminuir los carbohidratos refinados e incluir los integrales, ya que su absorción es más lenta y la energía dura más
· Evitar alimentos ultra procesados
· Comer despacio para una buena digestión
· Realizar 4-6 comidas diarias; iniciar con un buen desayuno
· Evitar el tabaco y el alcohol
· Tomar sol porque evita el decaimiento y favorece la síntesis de vitamina D
· Realizar actividad física placentera para activar endorfinas
· Incluir alimentos con triptófano: se transforma en serotonina (neurotransmisor que eleva el estado de ánimo, calmante natural), favorece los sentimientos positivos y mejora el nivel de energía, mientras que niveles bajos causan irritabilidad, ansiedad, estrés y depresión. Se encuentra en pollo, pescado azul (salmón, atún), huevo, banana, ciruela, piña, berro, remolacha, zanahoria, apio, brócoli, frutos secos, semillas (sésamo, calabaza, girasol), lácteos descremados, chocolate negro, legumbres, cereales integrales.

El triptófano es uno de los aminoácidos que, junto con las vitaminas del grupo B, los ácidos grasos esenciales y minerales como el Magnesio y Zinc, conforman los alimentos inteligentes: estos alimentos

alteran la bioquímica de modo positivo, alivian de forma natural la ansiedad y mejoran el estado de ánimo.

La comida Inteligente combinada con el estado de conciencia puede colaborar para eliminar la ansiedad y el desequilibrio emocional, dando lugar a una vida feliz y equilibrada.

Resiliencia en el tratamiento nutricional
Desde este punto de vista, es importante hablar de herramientas para poder hacer frente a los obstáculos que aparecen para lograr mantener un tratamiento nutricional.

Se ha comprobado que, para iniciar un cambio de hábitos, y para mantenerlo, se necesita motivación. La misma es fluctuante y dinámica. Muchas veces factores extrínsecos como el entorno, la familia y los eventos, no acompañan al objetivo del paciente. Otras veces el factor es intrínseco, como angustia, ansiedad, desregulación hormonal, medicación, entre otros.

Es normal que, en un momento del tratamiento, el paciente experimente una recaída. La misma se vive con angustia, frustración, y vergüenza. Estos sentimientos interfieren con la autoconfianza del paciente para alcanzar sus metas, empeorando el pronóstico, con un efecto bola de nieve.

Es importante que el paciente sea consciente de las recaídas. Las herramientas adquiridas al reflexionar sobre cada tropiezo, son claves para el éxito del tratamiento. Las situaciones sociales y/o emotivas que pueden interferir con los objetivos, pueden volver a repetirse. Por esto es fundamental adquirir en cada recaída, herramientas personales para afrontar cada situación de riesgo. De esta forma, al vivenciar un altibajo desde la resiliencia, y no desde el fracaso, el paciente se asegura el mantenimiento de los objetivos al largo plazo.

prevención ACV alimentación saludable

Dejá tu comentario sobre esta nota

Artículos Relacionados

Teclas de acceso