El 8 de mayo 1794, durante el Terror, murió guillotinado Antoine Laurent de Lavoisier, considerado el padre de la química moderna. No se le permitió terminar un experimento en curso con el argumento: "la República no tiene necesidad de científicos, el curso de la justicia no puede ser detenido", pronunciado por el juez.
La ejecución fue injusta a pesar del arrogante y necio veredicto, porque el químico era inocente, aunque tuvo la desgracia de suscitar el rencor de Marat.
Lavoisier identificó y nombró elementos tan fundamentales como el hidrógeno y el oxígeno, y dio los primeros pasos en la comprensión de la ley de conservación de la masa. Además, terminó con la teoría que apelaba a una hipotética sustancia invisible llamada flogisto, que estaba en todas partes y explicaba la combustión. Ayudó a la construcción teórica del sistema métrico, investigó y descubrió a nuevos métodos más eficientes de combustión, y estudió la respiración animal en conjunción a la calorimetría. Lavoisier, que aparece vinculado estrechamente con la química y la experimentación científica era abogado, pero nunca ejerció
Durante el Terror, del que apenas se percató sumido en sus investigaciones, el gobierno revolucionario suprimió la academia de ciencias Lavoisier consiguió evitar que guillotinen a a varios científicos extranjeros, como Joseph Louis Lagrange, a quien no obstante lincharon y despojaron de todos sus bienes, no pudo salvar su propia cabeza
Lavoisier junto a otros 27 intelectuales fue acusado por Jean-Paul Marat con cargos ridículos, como adulterar tabaco,. y ordenó ejecutarlo Lavoisier había rechazado años antes una invención de Marat tildándola, aunque de manera cortés, de ridícula.