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Política
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Confusiones de verano: Lo popular, lo masivo y lo individual

La semana pasada se conoció la noticia de que el periodista Edi Zunino, ex Animales Sueltos, tendrá no sólo lugar en el staff de C5N, sino también su propio programa (El Infiltrado). Esta noticia generó un repudio generalizado en las redes y la propuesta por parte de varies televidentes, a modo de protesta, de un apagón de la señal de noticias.

Confusiones de verano: Lo popular, lo masivo y lo individual
Confusiones de verano: Lo popular, lo masivo y lo individual

La buena nueva también fue confirmada por el propio Zunino en su cuenta de twitter.

Esto generó unas cuantas respuestas, en las cuales le recordaron al periodista desde portadas en la Revista Noticias contra CFK – altamente misóginas por cierto- hasta un video de un programa de Animales Sueltos -noviembre de 2016- con “un chiste” del propio Zunino sobre Amado Boudou, Luis D’Elía y Fernando Esteche cuando “metieron las patas en las fuentes” de Plaza de Mayo.

La ocurrencia de Zunino generó las risotadas cómplices de sus compañeros de mesa: Ari Paluch, Nicolás Pamelli, Mauricio D’Alessandro, Juan Carlos de Pablo, Sergio Berensztein y Eduardo Feinmann (En la mesa, todos eran varones por cierto).

Sin embargo, el eje de las quejas basó su reclamo en la traición que percibieron los y las televidentes por parte de C5N al incluir al periodista en su grilla.

Esta noticia, más allá de la queja que se pueda realizar sobre la inclusión del periodista en la grilla del canal, lo que deja al descubierto -en una primera lectura- es todo lo que falta para que se instale en nuestra sociedad lo que significa un medio de comunicación puesto al servicio del pueblo, un medio comunitario y popular. Es común que se confunda a algunos periodistas -y que aportan al barullo cuando se auto titulan populares- con comunicadores populares por ser masivos, y que también se confunda a un medio comunitario o alternativo con un medio hegemónico que encontró en la contrahegemonía una forma de seguir captando audiencias en base a sus “stars media’s”, sus “periodistas estrellas”, tal y como sucede con C5N.

En este punto, es necesario remarcar que las líneas editoriales de los medios no son siempre la de sus trabajadorxs como han demostrado en más de una ocasión lxs de los diarios La Nación y Clarín, por ejemplo.

Popular no es igual a masivo

La confusión entre lo popular y lo masivo, lo contrahegemónico – pero hegemónico al fin – y lo comunitario se puede ver claramente en la noticia de Zunino: C5N no consultó con ninguno/a de sus televidentes, en definitiva su audiencia, para saber qué destino daba a su grilla, ni generó una Asamblea para delinear su proyecto político comunicacional 2020, prácticas comunes y habituales en los medios comunitarios y populares.

Sin embargo, parte de la audiencia reclamó la participación en ese tipo de decisiones en base a la percepción de propiedad que ésta tiene sobre el medio. Esto no está mal, tal vez, simplemente es errado el lugar en el cual se pretende desarrollar ese tipo de prácticas.

Acaso, esas audiencias que quedan “huérfanas” cuando los “periodistas estrellas” abandonan algún medio masivo de comunicación deberían empezar a reorientar sus hábitos a la hora acceder a contenidos, y, acaso, buscar en los medios populares y comunitarios un espacio de pertenencia más real que aquellos que brindan los medios de comunicación hegemónicos que, en definitiva, van en la dirección que los lleve el dinero.

El macrismo y la destrucción de lo popular

Finalmente, y aunque parezca una obviedad, al contexto anterior habría que sumarle que los 4 años de macrismo, en el plano comunicacional, dejaron algunos puntos que parece necesario concentrarlos – valga la ironía- en una misma línea:

En junio de 2019, se habló de 4500 periodistas despedidos – en muchos casos por cierre de medios-. El Enacom en manos de Silvana Giudici, carta de Clarín, entre otros logros, hizo desaparecer más de mil millones de pesos destinados a los Fomecas -parte de sustentación de algunos medios comunitarios-. La 26522, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue cercenada mediante DNU en más de una docena de artículos. La fusión que impulsó Macri entre Cablevisión y Telecom, hecho que también generó una disputa entre las telefónicas, generó un monstruo en Telecomunicaciones y Contenidos inéditos en Latinoamérica.

Si a eso le sumamos un nivel de inflación récord de 53,8 por ciento durante 2019, una desocupación del 9,7  por ciento que destruyó más de 240.000 empleos privados entre 2015 y 2019, una industria instalada que registra un nivel de capacidad ociosa que roza el 40  por ciento, dos años de recesión profunda, servicios como el gas que aumentó alrededor del dos mil por ciento y el de electricidad cerca del tres mil por ciento afectado a cooperativas, jubilados, medios de comunicación, clubes de barrios y la vida cotidiana en general, es claro que las condiciones objetivas inclinan la cancha en detrimento del Pueblo y sus herramientas comunicacionales.

Con las redes sociales solas no, sin las redes sociales tampoco

En los años de macrismo se trató de imponer la idea de que el “solucionismo tecnológico” podría resolver todos nuestros problemas. Con esa idea se repitió que con las redes sociales solas alcanzaba para llevar adelante una comunicación popular bajo la idea de que cada uno/a es un medio. Esta afirmación es una verdad a medias, porque las redes sociales aportan a la comunicación popular siempre y cuando sean una herramienta puesta al servicio de la organización popular y no un fin en sí mismo.  En este pleno siglo 21 casi es un deber de todes empezar a fortalecer los medios comunitarios y las redes de medios conformadas. Lugares que, en definitiva, son espacios de participación real para la conformación de un poder popular que, finalmente, cree un sujeto crítico que pueda subvertir ese orden y sentido común preestablecido y que, desde los medios hegemónicos, se ha consolidado hasta el punto de confundirnos entre lo popular y lo masivo.

Es tiempo de actuar en forma cooperativa.

Es, finalmente, tiempo de la construcción colectiva, acaso la única salida contra la propuesta individual que trató de revitalizar el macrismo durante 4 años y por lo que, no casualmente, ha arremetido contra la comunicación popular y sus herramientas de sustentabilidad y sostenibilidad.

Por Daniel Bello, de Revista PPV, especial AIM.

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